Cuando  partimos este camino, no sabíamos nada... solo sabíamos que algo pasaba ... benditas manos del neurólogo que finalmente nos explico que ocurría, llegamos a AGAPE y el camino comenzó...  el aprendizaje ha sido mutuo, de no saber nada, ya  después de 10 años, somos #PAPASTEALOVERS... nuestra hija ama ir a sus terapias, la santa paciencia, cariño y entrega de los terapeutas a ella y nosotros no tiene precio, ojalá todas las familias TEA pudieran contar con este acompañamiento, sus progresos y crecimiento son a su ritmo, tenemos mucha paciencia y como familias lo único que esperamos es que sea feliz... en pocas palabras: sabemos que podemos, pero con AGAPE es mas fácil... gracias por todo y por siempre.